VIDEO Narración de Zayda Hernández sobre su secuestro por hombres armados

Los sujetos la torturaron toda la noche y la golpearon salvajemente, además siempre le preguntaron de donde obtenía el dinero para las protestas contra el dictador Daniel Ortega

La líder universitaria Zayda Hernández, denunció ante medios de comunicación, en las oficinas de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) que cinco hombres fuertemente armados la detuvieron en la calle en pleno día y la trasladaron a un punto que no conoce, ahí la torturaron por al menos 48 horas.

El director de la CPDH Pablo Cuevas, además de otros integrantes de la misma, estuvieron junto a Hernández durante sus declaraciones ante los medios de comunicación.

La joven manifestó que al haberla metido por la fuerza al vehículo los sujetos le ubican una capucha con alcohol en su rostro que le imposibilitaba abrir sus ojos. Todo el tiempo que estuvo secuestrada estuvo con dicha capucha que le tapaba la cabeza.

Ella no pudo ver a sus secuestradores, el vehículo en que se la llevaron y no tiene una idea de la ubicación del punto en donde la mantuvieron secuestrada. No la dejaron descansar un solo momento y cuando ellos miraban que movía su cuerpo la emprendían a golpes presumiendo que estaría dormida, de acuerdo al relato.

Sus secuestradores le hicieron preguntas sobre las «fuentes de financiamiento» para su labor de denuncia de la dictadura en el exterior. En otros momentos le exigieron que grabara un video con una declaración arrepintiéndose de haber participado en la lucha contra el régimen.

Hernández narró que el domingo, sus secuestradores la dejaron amarrada con cintas plásticas en el portón oeste de la Catedral Metropolitana de Managua. Un vehículo que pasaba cerca se detuvo y uno de sus ocupantes salió para ayudarla. Trató de quitarle las bandas plásticas pero no pudo y entonces llamó al vigilante de ese portón de la Catedral.

Al momento la trasladaron al interior de la Iglesia en donde fue atendida por las religiosas que administran Catedral, los sacerdotes que recién habían concluido la misa vespertina, que le dieron los primeros auxilios.