Sobre los críticos anónimos del silencio de la Iglesia Católica de Nicaragua

Monseñor Rolando Álvarez, preso político del FSLN.

Por Augusto Alexander Centeno Garmendia – He leído a algunos analistas políticos— la mayoría de ellos opinando desde el anonimato— criticando el silencio de la Iglesia Católica:

Por la misma razón que estos analistas opinan desde el anonimato los líderes religiosos guardan silencio. Es una perdida de tiempo y esfuerzo atacar a la Iglesia Católica cuando deberíamos brindarles todo el apoyo necesario.

No le corresponde a la Iglesia Católica hacer el papel de opositores. De hecho, la Iglesia Católica, desde que llegó Ortega a la presidencia, ha hecho más que los partidos políticos y sociedad civil. Aquel documento que los Obispos presentaron a Ortega en 2014 tenía como propósito evitar la tragedia que actualmente todos los nicaragüenses padecemos. Ni el gobierno ni los nicaragüenses dijeron nada.

Quiero traer a la memoria que pocos o algunos protestaron contra las reformas constitucionales de 2014. Reformas con las que Ortega institucionalizó su dictadura. Por este motivo, tenemos a la esposa del presidente como vicepresidenta, y el jefe del Ejército de Nicaragua y Policía con cargos vitalicios. No protestaron cuando desaforaron arbitrariamente a una treintena de diputados del Partido Liberal en 2016. Pocos se opusieron a la farsa electoral de 2016 cuando Ortega se adjudicó la presidencia.

Para ese entonces los nicaragüenses decidieron no ir a votar simple y llanamente por apatía. Y esos pocos que se atrevieron a enfrentar al poder los asesinaron o los condenaron a la cárcel.

Y no me refiero a los activistas políticos que devengaban un salario de una ONG, sino al nicaragüense común. Las marchas y plazas se llenaban de nicaragüenses en apoyo al gobierno. Antes de Bukele, Ortega era el presidente con más aprobación de América Latina. No eran datos de M&R. Estos datos los publicaba Latinobarómetro y CID Gallup. Datos que son públicos.

¿Cuándo los nicaragüenses como sociedad vamos a asumir la responsabilidad en la consolidación de esta dictadura y actuaremos, en consecuencia, como sujetos políticos para solucionar esta crisis?

Esa Iglesia Católica a la que hoy desde el gobierno se le persigue y ataca, y también desde la oposición critican su silencio, ha sido una Iglesia solidaria con los nicaragüenses.

La Iglesia Católica también cumple una función social, no solo política. A pesar de las dificultades de la Iglesia Católica, cientos de solicitantes de asilo reciben cartas de autoridades de la Iglesia Católica para su proceso de asilo.

Si hay una institución con credibilidad dentro del país y que conoce la desoladora realidad de los nicaragüenses es la Iglesia Católica. Es de los pocos espacios en el país donde los nicaragüenses pueden congregarse. Por eso Ortega ve como una amenaza a la Iglesia Católica.

Hay una crítica mal intensionada, dirigida y planteada contra la Iglesia Católica. La Iglesia Católica no es una institución impoluta que no desmerece de crítica, sino que, en las actuales circunstancia, esa crítica solo desacredita más a la institución. La coyuntura ha cambiado, y con ello la capacidad de influencia o incidencia de la Iglesia Católica.

Así como esta Iglesia ha compartido el sufrimiento de los nicaragüenses y fue la voz para quienes fueron y siguen siendo perseguidos, esta Iglesia que actualmemente es perseguida, también merece la compresión y apoyo de los nicaragüenses.

El día de mañana, cuando Ortega decida hacer su propia iglesia (cosa que no me sorprendería viniendo de Nicaragua) y designe a sus sacerdotes, estaremos frente a una Iglesia que realmente fue silenciada y aniquilada. Es ahí cuando nos daremos cuenta si esas críticas contra la Iglesia Católica tienen sentido o no.

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