El 9 de febrero 2024 la mujer asesinada en Hospital Militar Ericka Martínez fue amenazada de muerte
|La trágica historia de Ericka Judith Martínez Martínez, de 34 años, tiene un inquietante paralelismo con la novela de Gabriel García Márquez, «Crónica de una muerte anunciada». Al igual que en la ficción, donde el destino de Santiago Nassar era conocido por muchos, en la vida de esta mujer nicaragüense, su desenlace fatal también parecía inevitable.
Según archivos judiciales, Geovanny Alexander Fonseca Mendieta, de 41 años, con quien Ericka convivió por poco más de un año, ya la había amenazado de muerte. El 9 de febrero de este año, Geovanny le advirtió que derramaría su sangre, amenazándola con una bayoneta. En una acusación presentada ante el Juzgado Segundo de Distrito Penal de Adolescentes de Managua y Especializado en Violencia, se describió a Geovanny como un hombre celoso y violento, que ejercía un control estricto sobre Ericka. Le prohibía comunicarse con ciertas personas, ponerle contraseña a su celular y la vigilaba en su lugar de trabajo, un hospital en Managua.
Los episodios de violencia no eran nuevos. El 28 de diciembre del año anterior, Geovanny amenazó con «turquear» al padre de Ericka por tratarla con confianza, y luego lo amenazó de muerte con una bayoneta. En ese momento, Ericka se interpuso entre su pareja y su padre para evitar una tragedia, pero Geovanny la amenazó directamente a ella.
El último incidente grave ocurrió el 9 de febrero de 2024, cuando Geovanny la agredió físicamente después de que Ericka se negó a tener relaciones sexuales. La tiró al suelo, se sentó en su pecho, la golpeó en la boca, y la estranguló. Luego, sacó una bayoneta y, gritando, le dijo que derramaría su sangre mientras la mantenía encerrada.
A pesar de la gravedad de estos hechos, en marzo de este año, Ericka aceptó llegar a un acuerdo con Geovanny, lo que llevó a la suspensión condicional de la persecución penal durante ocho meses. Sin embargo, la violencia no cesó. Hace unos dos meses, Ericka decidió poner fin a su relación, pero Geovanny continuó con sus comportamientos violentos.
El desenlace fatal ocurrió el pasado miércoles a las seis de la tarde, cuando Geovanny fue a buscar a Ericka a su trabajo. La llevó a una capilla del centro asistencial donde trabajaba y la apuñaló al menos diez veces en el cuello. A pesar de los intentos del personal de seguridad por intervenir, ya era demasiado tarde. Geovanny había cerrado la puerta por dentro y, cuando lograron entrar, ya había asesinado a Ericka.
Ahora, su vela se realiza en el barrio Pantasma, en el Distrito V de Managua, donde su exmarido y padre de sus dos hijos, de 16 y 9 años, le envió una corona de flores. Los hijos de Ericka quedarán a cargo de su familia paterna.
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